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El valor de los recuerdos

Desde pequeña siempre le he dado un valor importante a mis recuerdos. Me encantaba sentarme junto a mi madre o mis hermanos y ver fotografías sin parar o detalles guardados en esas fotografías. Fotos de cuando éramos más pequeños o de mis abuelos a los que nunca conocí. Desafortunadamente hay fotos que no existen y que me encantaría haber visto, como ver a mi madre embarazada con su tripita, la boda de mi abuelos, nuestra mascota,  fotos siendo bebé, quizás con mi peluche favorito o de mis primeros pasos…No nos damos cuenta de lo rápido que pasa el tiempo.  Quizás me di cuenta tarde del valor de las fotografías, aunque siempre me han apasionado. Cuando realmente quise palpar o empaparme de mis recuerdos fue cuando mis padres me faltaron. Busqué y busqué todas sus fotografías sin parar, con el miedo de olvidarme algún día de sus sonrisas aunque sé que nunca se irán de mi mente. A día de hoy, después de varios años, las sigo teniendo guardadas en mi pc,y repartidas por toda la casa, para poder verlas en cualquier momento y hacer que mi día tenga un poco más de luz, sintiéndolos cerca. Por eso en uno de los días más bonitos de tu vida, ese día que prometes amor eterno a tu compañero/a de vida, pasa tan veloz que hay cosas que con el tiempo olvidarás, el banquete ya lo habéis devorado, la música ha dejado de sonar, los bailes ya los habéis disfrutado, las flores se han marchitado, los niños han crecido, los mayores ya no están… pero las fotografías…las fotografías quedarán eternamente para recordar ese momento.

Flashes de corazones

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Conóceme

Mi nombre es Romina Ortega Artiles, nacida en Gran Canaria.

La fotografía ha sido mi pasión desde pequeña pero hasta hace unos años no me di cuenta de que era ésto a lo que quería dedicar mi vida. Me encanta poder capturar los momentos más bellos e inesperados de las personas. Para mí lo más importante de este mundo son los recuerdos, es por ello por lo que quise seguir adelante en esta aventura. Las imágenes son el recuerdo más bello que podamos tener, contemplarlas nos refresca y nos lleva a otras épocas en momentos felices de nuestra vida. Estudié fotografía profesional y cuando acabé sabía exactamente a lo que quería dedicarme, por lo que me especialicé en fotografía de bodas. Estos eventos me llenan de tantas cosas positivas que no sabría enumerarlas, el amor y toda clase de sentimientos se palpan en el aire, las alegrías de los familiares, los anhelos por los que ya no están para contemplar tan bello acontecimiento, los niños correteando, dos familias unidas para convertirse en una sola, amigos que expresan sus mayores sentimientos ante todos los invitados, dos personas celebrando su amor y un nuevo comienzo en un camino que recorrerán juntos…Soy una apasionada en contar historias de amor, de una forma natural, sin posados artificiales y sin perder ni un detalle de vuestro gran día. Me considero una fotógrafa de bodas cercana que empatiza con ustedes, conocerles es una parte fundamental para contar vuestra historia, por lo que estaré acompañándoles en los meses previos para crear una relación de confianza y que ese día os olvidéis de que llevo una cámara, pasar desapercibida como una amiga entre vuestros invitados y captar vuestra mejor esencia. Para mi, la sencillez es elegancia.

Flashes de corazones.

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El mejor momento del día para una sesión

Una sesión de fotos podemos hacerla en cualquier momento del día, incluso de noche. No importa si hace sol, llueva o incluso nieva. Pero hay una hora del día, llamada “la hora dorada” que es mágica y especial, esto lo permite, una de las cosas más importantes para un fotógrafo, la luz. Esa hora dorada es el atardecer, o para ser más exactos es antes de la caída del sol. Cuando el cielo se tiñe de oro. Es una luz cálida y suave. Esta hora dorada también la tenemos en el amanecer, justo después de salir el sol, y también es igual de hermosa, ya que es también cálida y suave. Pero para mi gusto, el atardecer es más romántico y relajado. Aún después de contarte esto, el mejor momento del día es cuando estáis relajados, receptivos, con ganas de pasarlo bien y de pasar un rato en conexión con tu pareja.